CUIDADO CON EL ARCO DE OJÓS (VALLE DE RICOTE)

CUIDADO CON EL ARCO DE OJÓS (VALLE DE RICOTE)

Por increíble que parezca, el Plan Urbano del municipio de Ojós deja sin protección el paraje del Arco, de unas 200 tahullas, situado a 1 kilómetro antes de llegar al pueblo viniendo de Villanueva. Debe su nombre al trazado del Río Segura al pasar por los pies de la sierra del Cajal, la rambla del Renegao y la sierra de Ricote. Ubicado por tanto en pleno corazón del Valle de Ricote. Está plantado de limoneros, naranjos y albaricoqueros y ha sido cultivado por muchas generaciones de murcianos.

El plan aprobado, desoyendo muchas voces que clamaban por su protección como huerta si quiera periférica, consideró este rincón del Valle de Ricote como suelo urbanizable especial huerta, es decir, sujeto a unos requisitos específicos de edificabilidad y con la obligación de mantener el arbolado de interés existente dentro de las parcelas y a mantener los cultivos existentes como huerto familiar anejo a la vivienda, para mantener el carácter de huerta actual.

La mencionada calificación de estos terrenos es un total contrasentido, y sólo cabe pensar en un afán desmedido por buscar terrenos urbanizables del propio Ayuntamiento o de especuladores urbanísticos. Viene a ser como dejar al cuidado de las gallinas (huerta tradicional) a la zorra, o mejor, al lobo de la promoción inmobiliaria. ¿Se cree alguien que un promotor que adquiera esos terrenos para desarrollar un proyecto va a tener algún interés en mantener los cultivos existentes? ¿Cabe mayor ingenuidad o es otra cosa?

Por tanto, es necesario que la opinión pública de toda la ciudadanía de la Región de Murcia sea consciente del grave peligro que corre este precioso rincón. Basta que un avezado promotor inmobiliario compre estos terrenos para desarrollar un denominado “plan especial de adecuación urbanística”. Lo que vendrá después es fácil de prever: abandono de los cultivos existentes pues basta con dejar de regar (¿qué hará el Ayuntamiento para impedirlo?) para posteriormente realizar los movimientos de tierra oportunos para buscar el mejor aprovechamiento urbanístico. El resultado final es fácil buscarlo unos pocos kilómetros aguas abajo del Río.