jueves

Articulo de Carlos Fernández Liria: ¿Quién cabe en el mundo?

¿Quién cabe en el mundo?
Público, 22 Ene 2008
CARLOS FERNÁNDEZ LIRIA
Si nuestros sistemas políticos fueran lo que dicen ser, en todos los parlamentos se estaría discutiendo ahora una gráfica elaborada por Mathis Wackernagel, investigador del Global Footprint Network (California). Pero no parece que el asunto haya llamado demasiado la atención. Y sin embargo, la gráfica resulta demoledora para las más firmes certezas de nuestra clase política y, por supuesto, para los criterios más evidentes de los votantes. Sobre todo, en un mundo político en el que izquierda y derecha se llenan la boca con los objetivos del “desarrollo sostenible”.
La cosa es bien sencilla. El eje vertical representa el Índice de Desarrollo Humano (IDH), elaborado por Naciones Unidas para medir las condiciones de vida de los ciudadanos tomando como indicadores la esperanza de vida al nacer, el nivel educativo y el PIB per cápita. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) considera el IDH “alto” cuando es igual o superior a 0’8, estableciendo que, en caso contrario, los países no están “suficientemente desarrollados”. En el eje horizontal se mide la cantidad de planetas Tierra que sería preciso utilizar en el caso de que se generalizara a todo el mundo el nivel de consumo de un país dado. Wackernagel y su equipo hicieron los cálculos para 93 países entre 1975 y 2003. Los resultados son estremecedores y sorprendentes. Si, por ejemplo, se llegara a generalizar el estilo de vida de Burundi, nos sobraría aún más de la mitad del planeta. Pero Burundi está muy por debajo del nivel satisfactorio de desarrollo (0’3 de IDH). En cambio, Reino Unido, por ejemplo, tiene un excelente IDH. El problema es que, para conseguirlo, necesita consumir tantos recursos que, si su estilo de vida se generalizase, nos harían falta tres planetas Tierra. EEUU tiene también buena nota en desarrollo humano; pero su “huella ecológica” es tal que harían falta más de cinco planetas para generalizar su estilo de vida.
Repasando el resto de los 93 países, se comprende que hay motivos para que el trabajo de Wackernagel se titule El mundo suspende en desarrollo sostenible. Como no hay más que un planeta Tierra, es obvio que sólo los países que se sitúen en el área coloreada de la gráfica (por encima de un 0’8 en IDH, sin sobrepasar el número 1 de planetas disponibles) tienen un desarrollo sostenible. Sólo los países comprendidos en esa área serían un modelo político a imitar, al menos para aquellos políticos que quieran conservar el mundo a medio plazo o que no estén dispuestos a defender su derecho (¿quizás racial, divino o histórico?) a vivir indefinidamente muy por encima del resto del mundo.
Ahora bien, ocurre que el área en cuestión está prácticamente vacía. Hay un solo país en el mundo que –por ahora al menos– tiene un desarrollo aceptable y sostenible a la vez: Cuba.
La cosa, por supuesto, da mucho que pensar. Para empezar porque es fácil advertir que la mayor parte de los balseros cubanos huyeron y huyen del país buscando ese otro nivel de consumo que no puede ser generalizado sin destruir el planeta, es decir, reivindicando su derecho a ser tan globalmente irresponsables, criminales y suicidas como lo somos los consumidores estadounidenses o europeos. Tendríamos muy poca vergüenza, desde luego, si condenásemos la pretensión de los demás de imitar el modo como devoramos impunemente el planeta. Pero se reconocerá que la imagen mediática del asunto cambia de forma radical: de lo que realmente huyen es del consumo responsable en busca del Paraíso del consumo suicida y, por intereses estratégicos de acoso a Cuba, se les recibe como héroes de la Libertad en vez de cerrarles las puertas como se hace con quienes huyen de la miseria, por ejemplo, de Burundi (a quienes se trata como una plaga de la que hay que protegerse).
A nivel general, la cosa es mucho más interesante. Es muy significativo que el único país sostenible del mundo sea un país socialista. Suele ser un lugar común entre los economistas que el socialismo resultó ruinoso e ineficaz desde un punto de vista económico. Sorprende que, en un mundo como éste, la falta de competitividad pueda aún considerarse una acusación de peso. En términos de desarrollo sostenible, la economía socialista cubana parece ser máximamente competitiva. En términos de desarrollo suicida, no cabe duda, el capitalismo lo es mucho más.
El mayor reproche que se puede hacer al sistema capitalista es, precisamente, que es incapaz de detenerse e incapaz incluso de ralentizar la marcha. El capitalismo es un sistema preso de su propio impulso. El economista J. K. Galbraith decía que “entre los muchos modelos de lo que debería ser una buena sociedad, nadie ha propuesto jamás la rueda de la ardilla”. Sin embargo, nos encontramos con que, aunque nadie lo haya propuesto, este absurdo parece haberse impuesto de hecho: en el capitalismo cada uno trata de imponerse a la competencia aumentando su productividad para no perder mercado pero, al encontrarse todos en la misma carrera, no llega nunca el momento en que pueda detenerse este aumento ininterrumpidamente creciente del ritmo y la consiguiente dilapidación de recursos.
Ante esta dinámica absurda, debemos exigir el derecho a pararnos. No podemos permitir que nuestros ministros de Economía nos sigan convenciendo de que “crecer” por debajo del 2 ó 3% es catastrófico, y no podemos permitir que nuestros políticos sigan proponiendo como solución a los países pobres que imiten a los ricos. Es materialmente imposible. El planeta no da para tanto. Cuando proponen ese modelo saben que, en realidad, están defendiendo algo muy distinto: que nos encerremos en fortalezas, protegidos por vallas cada vez más altas, donde poder literalmente devorar el planeta sin que nadie nos moleste ni nos imite. Es nuestra solución final, un nuevo Auschwitz invertido en el que en lugar de encerrar a las víctimas, nos encerramos nosotros a salvo del arma de destrucción masiva más potente de la historia: el sistema económico internacional.
Carlos Fernández Liria es profesor titular de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid

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lunes

CASO NINETTE; LOS ALCAZARES: ANTE LAS NUEVAS ACTUACIONES DE LA JUSTICIA ANTI CORRUPCION

ANTE LAS NUEVAS ACTUACIONES DE LA JUSTICIA ANTI CORRUPCION

La Coordinadora la Región de Murcia No se Vende, ante las nuevas actuaciones de la Justicia anti-corrupción en nuestra región, centradas ahora en Los Alcázares, consideramos que:

1º Como hemos venido reiterando desde nuestro nacimiento, estas corrupciones (y las que quedan por descubrir) son fruto del modelo económico impuesto por el Gobierno regional basado en el monocultivo del ladrillo, y han encontrado el marco idóneo para producirse en la ley regional del suelo, y en la utilización sistemática de la figura del convenio urbanístico.

2º Con independencia de las diferentes formas de reaccionar de los partidos políticos con cargos implicados en los casos de corrupción, estos son responsables de incluir en sus listas a personas, o bien susceptibles de venderse, o bien ya imputadas judicialmente, lo que les convierte en políticamente responsables (cuando menos) de lo que sus cargos públicos hacen, para lo bueno y para lo malo, por lo que les exigimos mejores y más democráticos métodos de elección de sus candidat@s. Exigimos a los partidos con imputados dimisión/expulsión inmediata de todos los alcaldes, concejales y diputados imputados en casos de corrupción.

3º Para que no nos confundan, llamamos a la ciudadanía a organizarse contra la corrupción, a expresar públicamente su desprecio y rechazo a estas actuaciones. También exigimos mecanismos de participación y control democráticos en los ayuntamientos para dificultar la acción de los corruptos.

4º Exigimos al Gobierno regional la derogación inmediata de la Ley Regional del Suelo, las Directrices del Litoral y la Orden de 12 de noviembre de 2007 de de la Consejería de Desarrollo Sostenible y Ordenación del Territorio, que desarrolla la Ley 9/2006, sobre Evaluación Ambiental Estratégica por considerarlos el marco jurídico idóneo para la corrupción urbanística que asola nuestra región.

5º Celebramos la acción de la Justicia, aunque lamentamos que, con su retraso, gran parte de los daños medioambientales generados por la corrupción, son ya irreversibles. En este sentido, exigimos que, al igual que sucede con los condenados por narcotráfico, el patrimonio de los condenados por corrupción urbanística se destine, en la medida que sea posible, a restaurar el medio ambiente dañado con sus actuaciones, y en lo que no sea posible restaurar, se destine dicho patrimonio para actuaciones de mejora medioambiental, cultural o social de las localidades afectadas. La corrupción debe dejar de ser rentable, social y económicamente.

¡Quien no está en venta no pude ser comprado!

Murcia, 18 de enero de 2008
LA REGIÓN DE MURCIA NO SE VENDE

La Coordinadora la Región de Murcia No se Vende, ante las nuevas actuaciones de la Justicia anti-corrupción en nuestra región, centradas ahora en Los Alcázares, consideramos que:

1º Como hemos venido reiterando desde nuestro nacimiento, estas corrupciones (y las que quedan por descubrir) son fruto del modelo económico impuesto por el Gobierno regional basado en el monocultivo del ladrillo, y han encontrado el marco idóneo para producirse en la ley regional del suelo, y en la utilización sistemática de la figura del convenio urbanístico.

2º Con independencia de las diferentes formas de reaccionar de los partidos políticos con cargos implicados en los casos de corrupción, estos son responsables de incluir en sus listas a personas, o bien susceptibles de venderse, o bien ya imputadas judicialmente, lo que les convierte en políticamente responsables (cuando menos) de lo que sus cargos públicos hacen, para lo bueno y para lo malo, por lo que les exigimos mejores y más democráticos métodos de elección de sus candidat@s. Exigimos a los partidos con imputados dimisión/expulsión inmediata de todos los alcaldes, concejales y diputados imputados en casos de corrupción.

3º Para que no nos confundan, llamamos a la ciudadanía a organizarse contra la corrupción, a expresar públicamente su desprecio y rechazo a estas actuaciones. También exigimos mecanismos de participación y control democráticos en los ayuntamientos para dificultar la acción de los corruptos.

4º Exigimos al Gobierno regional la derogación inmediata de la Ley Regional del Suelo, las Directrices del Litoral y la Orden de 12 de noviembre de 2007 de de la Consejería de Desarrollo Sostenible y Ordenación del Territorio, que desarrolla la Ley 9/2006, sobre Evaluación Ambiental Estratégica por considerarlos el marco jurídico idóneo para la corrupción urbanística que asola nuestra región.

5º Celebramos la acción de la Justicia, aunque lamentamos que, con su retraso, gran parte de los daños medioambientales generados por la corrupción, son ya irreversibles. En este sentido, exigimos que, al igual que sucede con los condenados por narcotráfico, el patrimonio de los condenados por corrupción urbanística se destine, en la medida que sea posible, a restaurar el medio ambiente dañado con sus actuaciones, y en lo que no sea posible restaurar, se destine dicho patrimonio para actuaciones de mejora medioambiental, cultural o social de las localidades afectadas. La corrupción debe dejar de ser rentable, social y económicamente.

¡Quien no está en venta no pude ser comprado!

Murcia, 18 de enero de 2008
LA REGIÓN DE MURCIA NO SE VENDE

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viernes

CARTA ABIERTA AL COLECTIVO “MURCIA NO SE VENDE”

carta abierta de agradecimiento de Paco Camino (Decano del Colegio de Arquitectos de Murcia) por la concesión de una de las boinas "No Se Venden":

CARTA ABIERTA AL COLECTIVO “MURCIA NO SE VENDE”

Querid@s amig@s:

Os escribo estas líneas, para mostraros mi agradecimiento, por la distinción en forma de boina, que me habéis concedido; también para disculparme por mi ausencia en vuestro acto, por encontrarme precisamente en una barricada, defendiéndome de incomprensiones profesionales; creo que estuve muy bien representado.

Todos los días, leemos en los distintos medios de comunicación, que se han otorgado infinidad de premios, distinciones, reconocimientos, normalmente a personas o instituciones poderosas, por parte de instituciones o personas que buscan obtener algo a cambio. ¡Que soplo de aire fresco vuestra excepción¡.

Reconforta comprobar que existen colectivos como el vuestro, que luchan por su tierra, por cualquier tierra, por el equilibrio entre la actividad humana y el territorio donde se desarrolla; por la armonía entre las diferentes actividades humanas, por el respeto a la dignidad de las personas, por el respeto a los árboles, a los ríos, a los mares… También reconforta comprobar a que personas, colectivos, trayectorias, reconocéis; siempre alejados del poder, la auténtica resistencia urbana. Por todo ello, y por lo que representáis, el que me hayáis incluido en la última edición de vuestros premios, me ha producido una enorme satisfacción; también por saber quienes son los compañeros premiados; por comprobar que no estás solo.

Durante estos últimos años, he pasado algún mal momento, cuando desde mi entorno más próximo (familiar y profesional) me decían, “que no merecía la pena marcarse tanto”, que al final me quedaría solo, “que la gente lo que quiere es ésto”, que debíamos soportar las agresiones a nuestras ciudades, a nuestro territorio, a la dignidad de las personas; debíamos tolerar ilegalidades, inmoralidades, en nombre de un supuesto crecimiento económico. ¡Qué gran mentira! ¿Quién en plenitud de sus facultades, con información no manipulada, va a querer que le despojen de su tierra, que le desplacen de forma forzada, que le dificulten el acceso al lugar donde habita (si lo tiene), donde trabaja (si tiene esa suerte), donde se relaciona con sus semejantes?.

Está totalmente demostrado, que los mayores niveles de auténtico bienestar, de libertad, de igualdad, se dan donde más equilibradas son las ciudades. Abogamos por ciudades mestizas, mestizas de personas, mestizas de usos; ciudades no sectorizadas, ciudades a las que no extirpen sus vísceras; ciudades limpias, ciudades saludables, por donde sea fácil desplazarse, donde se puede permanecer quieto; ciudades respetuosas con las viejas tradiciones, abiertas a las nuevas tradiciones; ciudades innovadoras, solidarias; ciudades fuertemente equipadas; ciudades flexibles; ciudades donde no se segregue, donde no se expulse a quien no tiene recursos; ciudades policéntricas, ciudades tridimensionales, con grandes infraestructuras verdes; ciudades que reciclen; ciudades que vivan bien con la naturaleza, que no la agredan.

LA CIUDAD NO SE VENDE. LA CIUDAD ES LA SOLUCION

Nuevamente expresaros mi admiración a vuestro colectivo y al resto de los premiados. Muchas gracias. Seguir actuando siempre así.


Un afectuoso, colectivo y no vendible abrazo.

Francisco Camino Arias.

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jueves

CARAVACA TRADICION CRISTIANA . AÑO JUBILAR 2010

CARAVACA JUBILAR . CARAVACA AÑO JUBILAR 2010 .

La religiosidad no se debería utilizar para promocionar negocios inmobiliarios y para ayudar destruir el patrimonio natural y cultural de esta tierra.

Se debe separar por completo marketing comercial y sentimientos religiosos. Las insignias no deben aparecer junto a logotipos de compañías.

El buen cristiano no olvida que los mercaderes no deben gobernar el templo.

Invitamos a reflexionar y ayudar a conservar el patrimonio natural y cultural de esta Santa Tierra.

Visita y recomienda esta wed.

CARAVACA NO SE VENDE INICIO


CARAVACA, INFORMACION LOCAL ¡LO MÁS CERCANO!

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martes

LA I DEA DEL DECRECIMIENTO: (2 ARTICULOS) Decrecimiento y Progreso // Decrecer o caer por el precipicio

La idea de decrecimiento como camino de progreso hacia el futuro. Incorporamos dos articulos que hablan sobre ese concepto.
Decrecimiento y Progreso // Decrecer o caer por el precipicio

Decrecimiento y Progreso
Escrito por Alberto Buela

07-01-2008 a las 12:27:07

Hemos sostenido en un artículo reciente que: "La idea de progreso, según nuestra opinión, tiene que estar vinculada a la idea de equilibrio de los efectos. Progreso en la medida en que las consecuencias o efectos del mismo se equilibran de tal forma que puedo realizar nuevos progresos sin anular los efectos del primero". (1)

Queremos ahora profundizar en la relación entre decrecimiento y progreso, pues nos encontramos con dos hechos indubitables y evidentes, pero que al mismo tiempo se presentan como contradictorios. Por un lado tenemos la acumulación masiva de datos que muestran el desquiciamiento de los ecosistemas planetarios y el deshilachado del tejido social de la naciones tanto pobres como opulentas. Y por otro, el ansia y la tendencia natural del hombre al progreso. ¿Cómo compaginar estos dos hechos irrecusables por evidentes?
Si bien la idea de decrecimiento fue manejada por el anarquismo clásico como los ludditas que destruían las máquinas al comienzo de la revolución industrial y reclamaban menos horas de trabajo para el estudio y la formación personal, esta idea fue enunciada por primera vez por el mejicano Ivan Illich por los años 60 cuyo apotegma fue: Vivir de otro modo para vivir mejor. A él le siguieron pensadores como Nicholas Georgescu y su propuesta de límites al crecimiento económico, Jacques Ellul que en 1981 proponía no más de dos horas de trabajo diario, para concluir en nuestros días con los trabajos del reconocido sociólogo Serge Latuche: Por una sociedad del decrecimiento (2004) y del ingeniero mejicano Miguel Valencia Mulkay: La apuesta por el decrecimiento (2007). Acaba en estos días de publicar el pensador Alain de Benoist Demain la décroissance. Penser l'écologie jusqu'a bout (Edite, 2007). Se parte de la base que el crecimiento económico por el crecimiento mismo lleva en sí el germen de su propia destrucción. El límite del crecimiento económico lo está dando el inminente colapso ecológico. Hoy desaparecen 200 especies vegetales y animales diariamente. De modo tal que el crecimiento económico comienza a encontrar límites ecológicos (el calentamiento de la tierra, el agujero de Ozono, el descongelamiento de los Polos, la desertificación del planeta, etc.)Es que la sociedad capitalista con su idea de crecimiento económico logró convencer a los agentes políticos, económicos y culturales que el crecimiento económico es la solución para todos los problemas. Así hoy el progresismo político ha rebautizado con los amables nombres de "ecodesarrollo", "desarrollo sustentable", "otro crecimiento", "ecoeficiencia", "crecimiento con rostro humano" y otros términos, que demuestran que este falso dios está moribundo. (2) A contrario sensu de esta tesis el inimputable de George Bush sostuvo el 14/2/2002 en Silver Spring ante las autoridades estadounidenses de meteorología que: "el crecimiento económico es la clave del progreso ecológico".En realidad el pensamiento ecológico se va transformando sin quererlo en subversivo al rechazarla tesis de que el motivo central de nuestro destino es aumentar la producción y el consumo. Esto es, aumentar el producto bruto interno-PBI de los Estado-nación. La idea de decrecimiento nos invita a huir del totalitarismo economicista, desarrollista y progresista, pues muestra que el crecimiento económico no es una necesidad natural del hombre y la sociedad, salvo la sociedad de consumo que ha hecho una elección por el crecimiento económico y que lo ha adoptado como mito fundador. El asunto es ¿cómo dejar de lado el objetivo insensato del crecimiento por el crecimiento cuando éste se topa con los límites de la biosfera que ponen en riesgo la vida misma del hombre sobre la tierra?. Y ahí, Serge Latuche tiene una respuesta casi genial: avanzar retrocediendo. (3) Es decir, seguir progresando desactivando paulatinamente esta bomba de tiempo que es la búsqueda del crecimiento económico si límites. Y para ello hay que comenzar por un cambio en la mentalidad del homo consumans como designó nuestro amigo Charles Champetier en el libro homónimo, al hombre de hoy.Sabemos de antemano que esto es muy difícil pues la sociedad mundial en su conjunto a adoptado la economía del crecimiento y vencer a los muchos se hace cuesta arriba, pues como afirmaba el viejo verso del romancero español: Vinieron los sarracenos Y nos molieron a palos, Que Dios protege a los malos Cuando son más que los buenos.El establecimiento de una sociedad del decrecimiento no quiere decir que se anule la idea de progreso (4) sino que se la entienda de otra manera, tal como propusimos al comienzo de este artículo. Hay que dejar de lado de una vez y para siempre la idea de progreso indefinido tan cara al pensamiento ilustrado de los últimos tres siglos. Porque sus consecuencias nos sumieron en este estado de riesgo vital que estamos viviendo hoy todos los hombres sin excepción.Debemos superar los aspectos nocivos de la modernidad en este campo, y sólo podemos hacerlo con una respuesta postmoderna que lleve un anclaje premoderno. Por ejemplo, rompiendo el círculo del trabajo para volver a trabajar intentando recuperar, no la pereza, como afirma Lafargue, ni la diversión como afirma Tinelli, sino el ocio= la scholé= la scholae= la escuela, esa capacidad tan profundamente humana y tan creativa que nos hace a los hombres personas.No es tan difícil reestablecer en economía el principio de reciprocidad de los cambios tanto entre los hombres en el intercambio de mercaderías como entre el hombre y la naturaleza, volviendo a pensar a la naturaleza como amiga. Ese principio de reciprocidad que morigere la salvaje ley de la oferta y al demanda.Si no lo hacemos se encargará con su fuerza interna de mostrárnoslo la propia realidad de las cosas, con la fuerza cruel que impone la pedagogía de las catástrofes.
Nota:
(1) Dos ideas distintas de progreso, en internet, octubre de 2007
(2) Miguel Valencia Mulkay: La apuesta por el decrecimiento (2007)
(3) Serge Latuche: Por una sociedad del decrecimiento (2004)
(4) Tampoco decrecer significa que se niegue el derecho a la vida, sobre todo de los pobres, como sostienen algunos eugenetistas y controladores de la natalidad. (*) Filósofo (mejor arkagueuta). Centro de Estudios Estratégicos Suramericanos. Federación del papel. Escuela de Gobierno Pcia. de Bs.As.
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Decrecer o caer por el precipicio

Reproducimos un texto publicado en Xarxanet sobre el peligro de crecer sin medida y que alerta que, sobre todo en áreas como la urbanística, hay que asumir que los recursos son finitos y que “ya se han agotado hasta donde era prudente”.

Joana Díaz / Xarxanet * (26/09/2007)
En la metáfora clásica del crecimiento, se dice que no te puedes parar en la pendiente abrupta de la economía porque sino caes hacia abajo. El teórico del decrecimiento Serge Latouche dice que, ahora mismo, la pendiente ha llegado a lo alto y hace falta pararse porque después viene el agujero.La idea de decrecer tiene connotaciones de ciencia ficción, como aquello del increíble hombre menguante. Parece un concepto contranatura. La vida, en todas sus formas, se basa en la reproducción y el crecimiento. La obsesión de muchos padres es hacer crecer a sus hijos, darles proteínas, vitaminas e hidratos de carbono. Pero también de conocimientos, de experiencias y actividades.En química se habla de saturación de una muestra en referencia al estado a partir del cual no se puede continuar absorbiendo la sustancia añadida y ésta se precipita, es decir, se cae. Nuestra salud también cae cuando le suministramos demasiadas grasas que se precipitan en las paredes arteriales; la obesidad infantil en los países desarrollados ya es considerada por muchos como la caída a lo absurdo del sobrecrecimiento. Estamos en lo alto, en el estado de saturación. Pero como todavía se puede funcionar en un estado de sobresaturación, las corrientes que cuestionan el crecimiento son consideradas reaccionarias, minoritarias, ingenuas o, también, peligrosas.
De hecho, por ejemplo, en la web Decreixement.net se hace un llamamiento a la objeción del crecimiento, una forma de desobediencia colectiva contra el dictamen del pensamiento económico mayoritario. Esta es una buena web para introducirse en el concepto del decrecimiento, con artículos y referencias a algunos de los autores que más han trabajado la idea, entre otros el ya citado Serge Latouche. Quizás por las críticas que ha recibido su concepto, quizás por la misma maduración de la teoría, Latouche habla también de acrecimiento, una versión light del original en la cual se admitiría la posibilidad que no podemos ir atrás pero que, como mínimo, debemos hacer una parada y repensar los sistemas económicos actuales y su lógica. Suena a algo como ser vegetariano en un mundo que se engorda a base de proteína animal, pero aceptando los huevos, el pescado y la leche. Donde la teoría del acrecimiento (y del decrecimiento) se ve más clara es en el ámbito urbanístico. Parar el crecimiento significa asumir, primero, que los recursos son finitos y, segundo, que ya se han agotado hasta allá donde era prudente. ¿Quién fija y cómo se fija la prudencia en el crecimiento urbanístico? Hace años, en una entrevista preelectoral, Joan Clos explicaba que cuando visitaba escuelas preguntaba a los niños qué elegirían entre un piso urbano espacioso con una zona verde al lado o una casa ajardinada en una urbanización. La mayoría quería la casa. El modelo de ciudad compacta está en crisis. En la sociedad no se percibe de forma lo suficientemente clara las ventajas de modelos urbanos diversos, donde se integra vivienda, trabajo, comercio, ocio, educación y salud. Los precios de la vivienda y de los locales comerciales tampoco ayudan. La gente huye de los centros urbanos, aunque esto le cueste hasta cuatro horas o más al día de transporte en coche particular. El drama, además, es que esta migración no se produce únicamente de las grandes ciudades hacia sus conurbaciones, sino que pasa exactamente igual en pueblos medianos e incluso pequeños. En estos municipios, al precio de la vivienda se suma la especulación, por un lado, y la presión recaudatoria, por otro. La financiación en el ámbito local es fuertemente dependiente de los impuestos sobre bienes inmuebles y, por lo tanto, hace falta crecer. La prudencia se difumina porque el suelo urbanizable, supuestamente finito, se recalifica y los recursos para nuevos servicios e infrastructuras, también finitos, vuelven a recuperarse con los nuevos ingresos. ¿Quiénes fijan, entonces, la prudencia? Paradójicamente, hará falta buscar esta prudencia en la insumisión del crecimiento, en la indisciplina económica o la rebelión social contra el crecimiento desbocado que nos lleva hacia el precipicio.
(*) Xarxanet es un portal con varias áreas sobre el mundo del voluntariado en Catalunya, mantenidas por otras entidades del asociacionismo catalán. CanalSolidari.org mantiene el área de Cooperación y Derechos Humanos, junto a la Federación Catalana de ONGD. Más información:El portal Decreixement.net te invita a escuchar una entrevista a Serge Latouche (en catalán)

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Leo Bassi, el artista censurado en Murcia por el Consejero de Cultura