Señor Don Ramón : Tengo buenas noticias para usted ¡El Bassibus se hace!
Señor Valcárcel: desde 1840, mi familia vive con orgullo el honor de ser Payasos. Uno de mis antepasados, Giovanni Bassi, de Florencia, había descubierto que se podía vivir muy bien haciendo reír el pueblo y conquistando su respeto al decir bien alto lo que lo demás no se atrevían a decir. Ya ve; Yo, como usted, soy conservador. Si algo ha funcionado perfectamente durante años, ¿para qué cambiarlo? .También soy un gran amante del concepto del libre mercado y por sus leyes me rijo cada vez que salgo en un escenario, pero a diferencia de usted y su partido, estoy convencido de que esta libertad esencial es sólo un aspecto de algo aún mucho más importante:
La libre circulación de las ideas.
He aquí el punto fundamental de la irreversible contradicción en la que se encuentra todo su partido. Ustedes se presentan como el partido de la eficacia y del crecimiento económico, sin embargo sois incapaces de aceptar sin impedimentos el flujo de las ideas nuevas y de la crítica, ambas motor esencial de la innovación. Tal vez por eso en el único sector de la economía donde habéis sabido destacar es en el del ladrillo, actividad de escasa innovación tecnológica y reino del más antiguo sistema de organización humana: El caciquismo.
Y con esto llegamos al motivo de esta carta: El Bassibus se hace.
Tengo el placer de anunciarle a usted, que contrariamente a lo que su sobrino le ha comunicado, los viajes turísticos de mi autobús se van a desarrollar y además con más impacto y publicidad de lo previsto inicialmente. Por ésto último quiero expresarle a usted mi más profunda gratitud. Nunca hubiera imaginado, ni en mis más dulces sueños, una campaña publicitaria tan extendida y contundente para mi modesta iniciativa. Como es obvio esta nueva situación ha cambiado radicalmente la cantidad de público previsto y he tenido que reorganizar todos mi planes para poder acomodarles. Parece ser que en su Región hay mucha necesidad de la libre circulación de ideas y me sorprende que con el talante empresarial que existe en Murcia, nadie haya pensado antes en aprovecharse de tanta potencial; Fíjese usted lo que son las cosas.
Y es que acabo de caer en que, legítimamente, yo soy más conservador que usted: En 168 años nadie de mi familia ha cobrado una subvención publica para ejercitar su actividad profesional, obviamente conscientes de que el dinero nunca es gratis y que nuestra independencia y libertad podrían peligrar si se aceptaba facilidad tal . Nuestro modo de financiación ha sido siempre muy directo cobrándole al público una entrada en la taquilla o incluso, poniendo un sombrero en la acera y confiando en nuestra capacidad de contentar al cliente para que pagara. Evidentemente en la vida hay que ser pragmático y si un rico mecenas decide contribuir con una cuantiosa propina para escuchar un chiste o ver un número de malabarismo, ¿para qué tener problemas de conciencia? Uno cumple y cobra: igual que lo que yo tenía previsto hacer con este joven Príncipe que derrocha el patrimonio de lo demás y que usted ha colocado en la consejería de cultura. Sin embargo, ya desde los tiempos de Giovanni Bassi, lo que estaba claro es que lo que estaba en venta era el espectáculo y no nuestra alma y que para nuestra libertad de expresión no había precio.
Con ésto, solo me falta el deseo de expresarle a usted mis saludos cordiales esperando tener el placer de conocerle personalmente cuando llegue a su ciudad.
¡Ah! una última cosa. Por razones de oportunismo de marketing y también, para no coincidir con el finde del Pilar, he decidido acercar el Bassibus a las fechas del Congreso del Partido Popular y así, de paso, beneficiarme del tirón en la prensa.
Seguro que así es más divertido.
La libre circulación de las ideas.
He aquí el punto fundamental de la irreversible contradicción en la que se encuentra todo su partido. Ustedes se presentan como el partido de la eficacia y del crecimiento económico, sin embargo sois incapaces de aceptar sin impedimentos el flujo de las ideas nuevas y de la crítica, ambas motor esencial de la innovación. Tal vez por eso en el único sector de la economía donde habéis sabido destacar es en el del ladrillo, actividad de escasa innovación tecnológica y reino del más antiguo sistema de organización humana: El caciquismo.
Y con esto llegamos al motivo de esta carta: El Bassibus se hace.
Tengo el placer de anunciarle a usted, que contrariamente a lo que su sobrino le ha comunicado, los viajes turísticos de mi autobús se van a desarrollar y además con más impacto y publicidad de lo previsto inicialmente. Por ésto último quiero expresarle a usted mi más profunda gratitud. Nunca hubiera imaginado, ni en mis más dulces sueños, una campaña publicitaria tan extendida y contundente para mi modesta iniciativa. Como es obvio esta nueva situación ha cambiado radicalmente la cantidad de público previsto y he tenido que reorganizar todos mi planes para poder acomodarles. Parece ser que en su Región hay mucha necesidad de la libre circulación de ideas y me sorprende que con el talante empresarial que existe en Murcia, nadie haya pensado antes en aprovecharse de tanta potencial; Fíjese usted lo que son las cosas.
Y es que acabo de caer en que, legítimamente, yo soy más conservador que usted: En 168 años nadie de mi familia ha cobrado una subvención publica para ejercitar su actividad profesional, obviamente conscientes de que el dinero nunca es gratis y que nuestra independencia y libertad podrían peligrar si se aceptaba facilidad tal . Nuestro modo de financiación ha sido siempre muy directo cobrándole al público una entrada en la taquilla o incluso, poniendo un sombrero en la acera y confiando en nuestra capacidad de contentar al cliente para que pagara. Evidentemente en la vida hay que ser pragmático y si un rico mecenas decide contribuir con una cuantiosa propina para escuchar un chiste o ver un número de malabarismo, ¿para qué tener problemas de conciencia? Uno cumple y cobra: igual que lo que yo tenía previsto hacer con este joven Príncipe que derrocha el patrimonio de lo demás y que usted ha colocado en la consejería de cultura. Sin embargo, ya desde los tiempos de Giovanni Bassi, lo que estaba claro es que lo que estaba en venta era el espectáculo y no nuestra alma y que para nuestra libertad de expresión no había precio.
Con ésto, solo me falta el deseo de expresarle a usted mis saludos cordiales esperando tener el placer de conocerle personalmente cuando llegue a su ciudad.
¡Ah! una última cosa. Por razones de oportunismo de marketing y también, para no coincidir con el finde del Pilar, he decidido acercar el Bassibus a las fechas del Congreso del Partido Popular y así, de paso, beneficiarme del tirón en la prensa.
Seguro que así es más divertido.
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